oscuridad

ALQUIMIA

Los obstáculos más grandes, las experiencias más desafiantes son también nuestras grandes oportunidades. Nuestras sombras más oscuras y nuestros miedos más profundos esconden siempre infinitas posibilidades. Eso que no queremos enfrentar, que mantenemos en un dañino letargo es lo que puede proporcionarnos la mayor transformación y la más profunda sanación.

Que todo contiene todo, que el Yin no es sin el Yang puede resultarnos fácil de entender a nivel mental, pero la verdad es que cuando nuestra oscuridad grita, cuando nuestras experiencias nos golpean y cuando nuestra mente nos fusila con pensamientos y creencias que nos atormentan, nos sentimos tan abatidos y tan asustados que nos creemos incapaces de ver la salida, de encontrar la seguridad suficiente para saber que nuestra oscuridad tan solo es la otra cara de nuestra luz.

Es en los momentos de mayor tiniebla cuando más comprometidos debemos estar con nosotros mismos. Es en los momentos de mayor inseguridad cuando más valentía y coraje necesitamos mostrar.

Nuestra oscuridad es nuestra gran oportunidad para transformarnos. Es nuestro mayor desafío porque, constantemente, nos está invitando a enfrentar lo que más miedo nos da. Nuestra oscuridad es el resultado de una profunda falta de amor hacia nosotros mismos, y surge como consecuencia de querer ser sin ser, de tapar, de ocultar, de reprimir, de juzgar y de prohibir lo que somos, por eso, cuanto más amor, más respeto y más cariño le demos, más fácilmente nos va a mostrar toda la luz que esconde dentro. Transformar nuestra sombra es la única posibilidad, y para ello, debemos utilizar nuestro poder alquímico.

Alquimizamos cuando dejamos de cuestionarnos el por qué de las cosas y comenzamos a preguntarnos por el para qué, cuando vemos oportunidad en vez de desolación, cuando nos entregamos con los ojos cerrados a lo que nos está ocurriendo y a lo que estamos sintiendo, cuando la intensidad de nuestras emociones deja de ser un obstáculo y se convierte en el camino para experimentarnos, cuando soltamos el control y dejamos ir nuestras resistencias, cuando confiamos en que todo lo que está ocurriendo es lo que necesitamos para recuperar la armonía en nuestras vidas, cuando sabemos que alcanzar la luz es lo mismo que abrazar nuestra oscuridad, cuando dejamos de escapar, y sustituimos esquivar por afrontar, cuando, pese al miedo, nos abrimos al cambio y cuando el desapego y la intuición se convierten en nuestras armas.

Para renacer a una nueva vida, primero tenemos que morir. No podemos vivir si antes no nos permitimos dar muerte.

Podemos hacerlo, podemos permitir, soltar y confiar. Eso es alquimizar.

Feliz presente y feliz Luna Nueva,

Almudena Migueláñez.

Photo by Yousef Al Nasser

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